El Gobierno colombiano asestó el golpe más duro en casi tres décadas al narcotráfico al capturar a Dairo Antonio Úsuga David, alias «Otoniel», el temido jefe del Clan del Golfo y el narcotraficante más buscado del país.
Alias «Otoniel», que durante más de seis años burló la intensa persecución de miles de policías y soldados que peinaron pueblos y selvas de la región del Urabá, en el noreste del país y fronteriza con Panamá, como parte de la Operación Agamenón, fue capturado en un punto llamado Cerro Yoki, en jurisdicción de Necoclí, municipio del departamento de Antioquia.
La importancia de la captura de «Otoniel», de 50 años de edad, fue subrayada por el presidente colombiano, Iván Duque, quien esta tarde se trasladó con la cúpula militar y policial a la base de Tolemaida, en el centro del país, para dar el parte de victoria.
«Este es el golpe más duro que se le ha propinado al narcotráfico en este siglo en nuestro país y es solamente comparable con la caída de Pablo Escobar en los años 90», aseguró el jefe de Estado.
OPERACIÓN INTERNACIONAL
El mandatario añadió que la captura de «Otoniel» fue resultado de una «operación conjunta, articulada y meticulosa» en la que intervinieron centenares de miembros de la Policía, el Ejército, la Infantería de Marina y la Fuerza Aérea y que recibió el nombre de «Operación Osiris», una continuación de la «Agamenón».
En las primeras imágenes divulgadas de «Otoniel» se le ve sonriente, vestido con pantalón y camiseta negra y con la manos atadas a la espalda, cuando es conducido por soldados armados con fusiles luego de bajar de un helicóptero militar.
Tras subrayar que «Otoniel» era «el narcotraficante más temido en todo el mundo», el presidente destacó que la captura fue también «un trabajo de inteligencia» en el que las fuerzas colombianas compartieron información «con agencias de los Estados Unidos y del Reino Unido dada la peligrosidad internacional de este delincuente».
«Asesino de policías, de soldados, de líderes sociales, además reclutador de menores; se conoce también por esa demencia que lo llevó a abusar de marea recurrente de niños, niñas y adolescentes», así definió el presidente a «Otoniel» en su declaración al país.
Según la Policía colombiana, alias «Otoniel» comenzó en la ilegalidad en las filas de la guerrilla del Ejército Popular de Liberación (EPL), de la que se retiró en 1991 tras la firma de un acuerdo paz y poco después se sumó a las paramilitares Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).
«Con el tiempo pasó a desempeñarse como uno de los cabecillas del Bloque Centauros en los Llanos Orientales, al lado de su hermano Juan de Dios Úsuga David, conocido en el mundo del crimen como ‘Giovanny'», señaló la Policía en un comunicado.
Tras la desmovilización de las AUC en 2006, «Otoniel» y su hermano «empezaron a extender sus tentáculos en varias regiones del país y a consolidar una organización criminal nutrida principalmente con dineros del narcotráfico» pero también de la minería ilegal, la extorsión y el contrabando.
¿FIN DEL CLAN DEL GOLFO?
«Con este golpe a alias ‘Otoniel’, en la Operación Osiris, se marca el final del Clan del Golfo. Y a todos los que han pertenecido a esta estructura criminal, el mensaje que les envío es claro y contundente: o se someten a la justicia de inmediato o les caerá de la misma manera todo el peso de la ley», agregó Duque.
El comandante de las Fuerzas Militares, general Luis Fernando Navarro, contó detalles de la fase final de la operación de captura que fue diseñada el pasado 15 de octubre y se lanzó en la madrugada del viernes cuando se rompió el último anillo de seguridad de Úsuga.
Intervinieron «más de 500 hombres de las Fuerzas Especiales el Ejército, la Infantería de Marina bloqueando corredores fluviales, la Fuerza Aérea dando cobertura con sus plataformas de inteligencia y moviendo tropas desde diferentes zonas del país», dijo el general Navarro, quien agregó que fueron utilizados además «22 helicópteros de transporte y apoyo aéreo cercano».
Por su parte, el director de la Policía, general Jorge Luis Vargas, aseguró que sus hombres tenían claro «que Otoniel no acudía a viviendas, ni se comunicaba por celular» y que «50 expertos de inteligencia satelital» siguieron cada movimiento suyo en las últimas semanas.
Según el genera Vargas, «Otoniel» tenía ocho anillos de seguridad que fueron identificados mediante un «trabajo satelital con agencias de Estados Unidos y del Reino Unido», tan detallado que «sabíamos que estaba comiendo» y que «su plato favorito era un animal de las selvas de Urabá».
Además de los 128 órdenes de captura que tiene en Colombia por delitos como narcotráfico, extorsión, homicidio, desplazamiento forzado, tráfico de armas, conformación de grupos armados, concierto para delinquir y delitos de lesa humanidad, entre otros, sobre «Otoniel» pesan siete sentencias condenatorias y una solicitud de extradición de Estados Unidos.
Sobre la extradición, Duque dijo hoy: «trabajaremos con las autoridades para lograr también ese cometido», pero aclaró que eso no debe ser un obstáculo «para que también se conozca toda la verdad sobre el resto de sus crímenes en nuestro país».