La decisión de la Corte Suprema de Pensilvania de liberar al cómico Bill Cosby ha provocado una gran indignación, rabia e incredulidad, especialmente entre las mujeres que acusaron a Cosby de abusos.
En Twitter, Lisa Bloom, una abogada que representa a tres mujeres, dijo que sus clientes están «indignadas» por la liberación de Cosby y animó a otras víctimas a contar su historia.
Por su parte, Hollywood reaccionó con incredulidad. La actriz Amber Tamblyn («Two and a Half Men»), fundadora de la organización Time’s Up, pidió una reforma judicial y escribió en Twitter: «Estoy furiosa por la noticia. Conozco a mujeres a las que este hombre drogó y violó».
Rosanna Arquette («Pulp Fiction») opinó que Cosby aún sigue siendo un «maldito violador» y la compositora Diane Warren ironizó con que el excomediante habría drogado a la Corte Suprema de Pensilvania.
El único apoyo público llegó de la mano de Phylicia Rashad, quien fue su compañera en «The Cosby Show» y aseguró: «¡¡¡¡Finalmente!!! Se está enderezando un terrible fallo ¡se corrige un error judicial!»
Entretanto, la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, rechazó comentar específicamente sobre la sentencia, pero aseguró que el presidente estadounidense, Joe Biden, cree que las mujeres que denuncian abusos sexuales se enfrentan a un «camino difícil» y son «valientes».
Bill Cosby salió este miércoles de prisión después de que la Corte Suprema del estado de Pensilvania (EE.UU.) anulara la condena por abusos sexuales que un juez dictó en su contra en 2018 y que lo convirtió en el primer famoso encarcelado en la era del «MeToo».
Un acuerdo civil previo que invalida el juicio por el que fue condenado permitió que Cosby, de 83 años, abandonara este miércoles la prisión estatal cerca de Filadelfia (Pensilvania) en la que pasó más de dos años.
El actor fue condenado en 2018 a un máximo de diez años de cárcel, de los que debía cumplir al menos tres, por haber agredido sexualmente en 2004 a la canadiense Andrea Constand, una de las más de sesenta mujeres que han denunciado al actor.
La víctima era entonces la entrenadora de baloncesto del equipo femenino de la Universidad de Temple, donde Cosby estudió y de la que él era un importante donante.
En la sentencia, la Corte Suprema de Pensilvania argumentó que Cosby no tuvo un juicio justo y no debió haber sido arrestado en 2015, cuando el fiscal del distrito de Montgomery (Pensilvania), Kevin Steele, descubrió nuevas pruebas que confirmaban que el actor había abusado de Constand.
Específicamente, lo que Steele descubrió fue un testimonio hasta entonces secreto de Cosby, en el que reconocía que daba a las mujeres unos sedantes antes de abusar de ellas.
Ahora, sin embargo, la Corte Suprema de Pensilvania consideró que Steele actuó de forma inadecuada, porque tenía que haber respetado un acuerdo al que Cosby había llegado en 2005 con su antecesor en la Fiscalía de dicho distrito para indemnizar a Constand por la vía civil y evitar un proceso criminal contra él.
Las nuevas pruebas que descubrió Steele fueron cruciales para condenar al cómico porque demostraron que los abusos eran una acción premeditada.
De hecho, durante el juicio, Constand relató cómo Cosby, al que consideraba su amigo, la invitó una noche a principios de 2004 a su mansión de la localidad de Cheltenham (Pensilvania) y le dio unas pastillas que la marearon, le nublaron la vista y le impidieron defenderse del comediante.
+ Tecnicismo legal
En su sentencia de 79 páginas, la Corte Suprema de Pensilvania recoge las acusaciones de Constand y cómo el actor aprovechó que no podía moverse para abusar de ella hasta que perdió el conocimiento.
Sin embargo, se basa en un tecnicismo legal sobre el acuerdo al que Bill Cosby había llegado con el fiscal del distrito de Montgomery en 2005 para anular la condena.
En concreto, la corte determina que «el único remedio» para remediar el juicio «injusto» contra el actor es anular su condena, ordenar su excarcelación e impedir que vuelva a ser juzgado por los mismos delitos.
Por otro lado, la Corte Suprema de Pensilvania también criticó que el magistrado entonces encargado del caso permitiera testificar en el juicio, además de Constand, a otras cinco mujeres que decían ser víctimas de abusos.
En ese caso, el objetivo de la Fiscalía era demostrar la existencia de un patrón en el que Cosby usaba su fama y su imagen pública de «hombre de familia» para manipular a las mujeres, convertirse en su mentor y luego traicionar su confianza abusando de ellas.
Más de sesenta mujeres han acusado a Cosby de abusar sexualmente de ellas entre 1960 y 2000, aunque esos casos no prosperaron por haber prescrito y solo se pudo llevar a juicio las alegaciones de Constand.