El Senado estadounidense votó a última hora del miércoles a favor de discutir un histórico paquete de infraestructuras por un valor de un billón de dólares, tras semanas de tensas negociaciones sobre este proyecto de ley que, según el presidente Joe Biden, podría «transformar a Estados Unidos».
La medida bipartidista fue aprobada por 67 votos a favor y 32 en contra, con 17 republicanos que se unieron a los 50 demócratas para iniciar formalmente el debate del proyecto de ley.
El acuerdo, si se aprueba en el Congreso y se convierte en ley, inyectaría niveles históricos de financiación federal para arreglar las carreteras, puentes y vías fluviales estadounidenses, garantizaría internet de banda ancha para todos los habitantes y ampliaría los programas de energía limpia.
El plan, que forma parte de la amplia agenda nacional de Biden, incluye unos 550,000 millones de dólares en nuevos gastos.
Este acuerdo creará millones de puestos de trabajo y hará que la economía estadounidense sea más robusta, sostenible, resistente y justa, dijo la Casa Blanca en un comunicado.
El grupo bipartidista que negocia el proyecto superó un punto de fricción clave: cómo pagar el gasto.
La Casa Blanca dijo que los ingresos provendrían de la reorientación de los fondos de ayuda de emergencia por pandemia no gastados, el aumento de las tasas corporativas y el fortalecimiento de la aplicación de impuestos sobre las criptomonedas.
El proyecto de ley aún tendría que ser aprobado por la Cámara de Representantes, donde podría enfrentarse a la resistencia de los demócratas progresistas.
La legislación aún no está escrita, pero el Senado puede avanzar en el texto antes de la votación final. Esto hizo que los republicanos se resistieran a comenzar el debate la semana pasada, y algunos siguen advirtiendo que podría hundir la iniciativa.
«Hasta que este proyecto de ley esté realmente redactado, y tengamos la oportunidad de revisarlo, incluyendo todos los detalles, los costes, los pagos… No lo apoyaré», dijo el senador John Cornyn en el pleno del Senado.
El expresidente republicano Donald Trump arremetió fuertemente contra el proyecto, calificándolo de «terrible, y hace que los republicanos parezcan débiles, tontos, y estúpidos».